Poco más de cien euros y dos años de libertado condicional. Esa ha sido la condena a la cantante Amy Winehouse que ha sido declarada culpable de agredir a un director de teatro en Londres hace ahora unas semanas.
La propia Amy confeso la agresión, indicando que zarandeó y tiró de los pelos al director del teatro, después de que éste le llamara la atención por un altercado en la grada.
Al parecer Amy asistió a la función teatral bastante alcoholizada y no contenta con ello fue a pedir al bar del teatro una copita más. El camarero se negó a servirle otra copa al ver el estado de la cantante y cuando el director del teatro le invitó a salir empezó el incidente.
Amy compareció en el tribunal como de costumbre, con pintas de lo más llamativas y con un estado físico muy delgado.
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